martes, 11 de marzo de 2008

El arrastre es la pesca por excelencia del Mediterráneo, la modalidad a la que la flota mundial dedica más unidades, aunque no siempre fue así. Desde épocas remotas, las pesquerías mas importantes fueron las de anzuelo en sus múltiples variantes (palangre, chambel, currican), las de enmalle, nasas u otros ingenios que se podían llevar a cabo desde la costa o muy cerca de ella. No podemos obviar que en aquel entonces los barcos eran movidos por métodos rudimentarios, (a remo o a vela) siendo muy vulnerables a las inclemencias del tiempo, viento o corrientes; y el arte de la navegación tampoco estaba muy desarrollado.


1. 1. Copo / Maya
2. 2. Trenza plomo
3. 3. Flotadores
4. 4. Malleta
5. Puertas reflectoras
6. Pórtico
7. Maquinilla
8. Cable de acero

Los primeros escarceos se efectuaron desde la playa con un bote a remos que llevaba el arte mar adentro (500 m. a lo sumo) donde lo extendía y desde la playa mediante unos cabos un grupo nutrido de hombres lo arrastraba perpendicular hacia la costa lo que no permitía capturar muchos peces. Sí los suficientes para alimentar a las familias que participaban en la faena. Esta forma tan rudimentaria de pescar todavía se practica en paises subdesarrollados, donde abundan los peces y las necesidades son sólo alimenticias o aún se usa el trueque como moneda comercial.

Pero el hombre en su continuo afán de llegar más y más lejos, o bien empujado por la necesidad, discurrió que si el arte que lanzaban en la playa pudiera correr en sentido longitudinal a la costa, podría recorrer una cantidad infinita de mar y por lo tanto sus beneficios serían mayores.

Los primeros indicios que se tienen de esta práctica desde una embarcación datan del siglo XVI, se introdujo en España desde el Golfo de León a finales del XVIII, y a principios del XIV, época en la que empezó a extenderse tímidamente.

La acción de arrastrar el "arte", que es como se denomina genéricamente el aparejo utilizado, se realizaba mediante veleros solitarios aparejados con una vela latina, que usaban "tangones" (pértigas que sobresalían por los costados del barco) con el fin de conseguir una mayor obertura de la boca del arte. Mas tarde se usaron dos barcas en pareja -de aquí la denominación "Bou"- porque arrastraban el arte como una pareja de bueyes al igual que un arado, al poder trabajar en profundidades y con artes mayores los aparejos pesaban más, levantándose mediante unos grandes tornos de madera, precursores de las actuales maquinillas, movidos por unas largas barras del mismo material que empujaban los marineros.

Desde Cataluña empezó a expandirse al resto de la península Ibérica y de allí a Europa, provocando múltiples conflictos con los pescadores que empleaban artes tradicionales. Existen abundantes documentos históricos donde se relatan estos hechos (todavía hoy perduran en parte esos conflictos, en menor cuantía, por que cada vez quedan menos explotaciones artesanales, debido al cese de la actividad o a la reconversión de las mismas hacia el arte de arrastre).

Un dato curioso: hasta la integración de los ingenios mecánicos para la propulsión de las embarcaciones, los barcos arrastreros nunca se sabía cuando volverían ya que dependían únicamente de la fuerza eólica, en muchas ocasiones cuando debían alejarse por que las capturas escaseaban en la costa por causas diversas (migraciones biológicas, etc.) y les sorprendía el viento de tierra (el mestral o la tramuntana)llegaban muy lejos y al cesar la fuerza del viento quedaban completamente parados,

levantaban el arte quizás lleno de capturas y solo les quedaba la opción de rezar para que soplara el viento de fuera, (de componente S. o E) si ese viento tardaba en llegar se veían obligados a tirar el pescado al agua por que carecían de medios de conservación, al darles el viento de fuera volvían a echar el arte al mar para llegar a la costa con pescado fresco. no hay que olvidar tampoco que la infraestructura viaria y la falta de medios para el transporte por tierra de las capturas no facilitaba el reparto, solo los pueblos cercanos a la costa podían disfrutar de los manjares que deparaba el mar, era por tanto una auténtica aventura el hacerse a la mar para pescar al arrastre.

En cambio las artes de pesca de enmalle y palangre, menos cuantiosas, se podían realizar cerca de la costa y las embarcaciones se desplazaban a fuerza de remo, generalmente eran embarcaciones pequeñas con 3, 4 ó 5 cinco hombres como máximo.

Para colmo de males los delfines se comían el final de la bolsa que forma el arte, que se denomina "copo" y que estaba hecho de cáñamo (fibra vegetal) que era perfectamente digerible por los inteligentes mamíferos que sabían que en el arte había comida fácil.

· Evolución y Desarrollo

A principios del siglo XX la introducción desde el Norte de Europa de las puertas deflectoras revolucionó un mundo en constante e imparable evolución.

Las puertas deflectoras sirven para mantener abierta la boca del arte mediante la presión ejercida por el agua en la superficie plana de la puerta, cumpliendose el mismo principio físico del ala de un avión, pero dentro del agua y por el fondo marino.

Para comprender mejor este efecto sin entrar en complicadas leyes físicas, podemos tomar como ejemplo una cometa que actúa de la misma manera que la puerta deflectora, con una coincidencia tal que se diría que sus desarrolladores se basaron en su diseño, además las malletas cumplen la función de la cola de la cometa, sin la cual la cometa describiría grandes circulos sobre su eje (el hilo que la sostiene), idénticamente ocurriría con la puerta deflectora, con el agravante de que al ser dos, las puertas se enredarían y en vez de abrir la boca del arte la cerrarían impidiendo el paso de los peces a su interior. Durante la navegación las puertas van colgadas de los pescantes o pórtico situados en la popa del barco.

La pesca del arrastre volvió a efectuarse por una sola embarcación, pero esto no ocurrió ya; hasta que se introdujeron los primeros ingenios de propulsión mecánica, facilitando la maniobrabilidad de las embarcaciones y por ende, del arte que arrastraban, mejorando ostensiblemente su rendimiento.

Las primeras noticias que se tienen de la implantación de una caldera de vapor para practicar la pesca de arrastre datan del año 1912, en el puerto de Barcelona, estos barcos dedicábanse a la pesca de altura en las costas Occidentales de Africa, entre Río de Oro y Canarias, se fundaron varias casas navieras para la explotación de dichos barcos que, en su mayoría fueron adquiridos en Inglaterra.

Cataluña se veía sometida a una creciente industrialización y por tanto el índice demográfico, aumentó consecuentemente, no bastando ya el pescado proveniente del Mediterráneo y del Cantábrico. La pesca en el Mediterráneo aún estaba en desarrollo y no había conocido todo su esplendor.

Finalmente alrededor de los años 20, todo el mundo de una forma u otra se vio poseído por la fiebre de instalar motores que quemaban aceites pesados en sus embarcaciones, para practicar el arrastre.

Ya en aquellos tiempos se levantaron voces discordantes advirtiendo del grave peligro que corría la vida marina en el Mediterráneo de seguir por ese camino: Una carrera desenfrenada de barcos, potencia de motores y aparejos.

La vela latina que tan buen servicio había prestado durante siglos a la humanidad fue paulatinamente susbtituida, no sin la lógica desconfianza de los pescadores que mantuvieron ambiguamente la vela y el motor con la idea de que si les fallaba el motor les quedaba el recurso de su amada vela.